Este precioso sendero discurre por el monte público que le da nombre, paralelo a la garganta que aporta frescor y una inmejorable banda sonora. Durante el recorrido se tiene la oportunidad de conocer uno de los “canutos” más famosos del Parque Natural de Los Alcornocales, una vegetación de laurisilva similar a los de la Era Terciaria. Se aprecia el microclima creado en el valle que aporta las condiciones ideales para la formación de este paraje, compuesto principalmente por alisos, quejigos, sauces, fresnos y helechos.
El camino comienza en un gran carril arenoso, de fácil recorrido, que forma parte de un tramo del Corredor Verde Dos Bahías, rodeado de quejigos y alcornoques, para posteriormente acercarse a las orillas del arroyo de Valdeinfierno, donde se puede observar la vegetación típica de estas zonas umbrías.
Fuente: Diputación Provincial de Cádiz
Este precioso sendero discurre por el monte público que le da nombre, paralelo a la garganta que da frescor y aporta una inmejorable banda sonora.
Coincide en buena parte de su recorrido con la cañada real de San Roque a Medina Sidonia, tramo en el que es posible el tráfico rodado hasta un aparcamiento reservado para personas con discapacidad, que podrán hacer un tramo adaptado de seiscientos metros lineales.
Después, el sendero se adapta a un terreno quebrado que nos permitirá conocer la formación vegetal más distintiva de este parque, los canutos. En ellos veremos avellanillos y rododendros, éste último aquí conocido como ojaranzo, uno de los arbustos más emblemáticos del parque. La frondosidad se presenta con una exuberante vegetación formada por alisos, quejigos cargados de musgo y helechos que proporcionan un frescor que agradeceremos.
Estos montes, aunque de difícil acceso, proporcionaron leña para la fabricación del carbón, como podemos comprobar en el alfanje, terreno compactado y sin apenas vegetación, que nos encontramos a pie de camino.
Fuente: Junta de Andalucía