El camino discurre a lo largo de la playa de Bolonia por una pasarela de madera habilitada. Desde esta pasarela se divisa al frente la gran duna de Bolonia, levantada por los fuertes vientos de levante frecuentes en esta zona. A la izquierda, se puede apreciar la formación de lagoons dispersos a lo largo de la orilla de la playa, que sirve de cobijo a una importante avifauna. A la derecha uno de los más importantes conjuntos arqueológicos de la Península Ibérica: Baelo Claudia. Desde el camino se puede divisar algunos restos como una antigua factoría de salazón de pescado.
Desde cualquier punto de esta inmensa playa se ven y se sienten las sierras que la rodean con un verdor poco común en Andalucía.
El sendero finaliza adentrándose en el último tramo en zona de pinar, para después abrirse de nuevo a la playa, desde donde se obtienen unas impresionantes vistas desde la duna.
Fuente: Diputación Provincial de Cádiz
A lo largo de la playa de Bolonia, este sendero a pie permite sentir el mar, así como ver las arenas de las dunas desplazándose por la ensenada, movidas por el viento.
El primer tramo discurre por una pasarela de madera que facilita la accesibilidad al mismo de personas con discapacidad. En este primer tramo se tiene al frente la vista del monumento natural Duna de Bolonia, hacia la que se encamina el sendero en todo el recorrido.
Al paso por la playa, la ruta discurre al límite inferior de las ruinas romanas de Bolonia (lo que constituye el conjunto arqueológico de Baelo Claudia), divisándose desde el mismo la antigua factoría de salazón de pescado donde los romanos fabricaban la famosa salsa garum. A la izquierda del sendero se bordean los lagoons típicos de las playas de Tarifa. En estas charcas formadas en la arena de la playa por los efectos de las subidas de marea, se encuentra una importante avifauna entre las que destacan los vuelvepiedras, correlimos, archibebes y gaviotas. En todo este primer tramo la vegetación está integrada principalmente por barrón, y cardos y azucenas de mar.
Llegados al pocito, donde acaba el tramo sobre las arenas, ejemplares de enebros acompañan al barrón y a las azucenas y cardos de mar. Unos pasos más adelante y tras pasar una pequeña mancha de retamas, el sendero se adentra en el pinar y asciende ligeramente paralelo al frente dunar. Casi a los pies de la Duna de Bolonia, la vereda deja el pinar para abrirse de nuevo en la playa, donde se encuentra el final del paseo. Desde aquí, las vistas de la Duna resultan impresionantes.
Fuente: Junta de Andalucía