Salina de la Esperanza
Parque Natural Bahía de Cádiz
La ruta discurre por una salina fruto de un sistema de uso efectuado por el hombre sobre el espacio marismeño, que constituye un fiel reflejo de la cultura y economía de la bahía gaditana. El paisaje se encuentra dominado por las singulares formas que imprime el intrincado sistema de caños, esteros y muros. Estas zonas ofrecen una gran variedad cromática en función de la época de floración de las distintas especies, así como de la turbidez y estado del agua de los caños.
Durante el recorrido se puede disfrutar de numerosas aves marinas ya que la Bahía de Cádiz juega un papel muy importante como zona de reproducción, reposo e invernada. Las principales especies se corresponden con la gaviota patiamarilla, el chorlitejo patinegro, la avoceta, la cigüeñuela y el charrancito.
Fuente: Diputación Provincial de Cádiz
El recorrido de este pequeño sendero, nos muestra uno de los paisajes más característicos de la actividad económica tradicional de la Bahía de Cádiz hasta mediados del s.XX, las salinas.
Numerosas pasarelas y zonas descanso con bancos permiten el acceso a personas con discapacidad reducida, facilitando el acercamiento y el conocimiento al parque natural de forma universal.
El sendero se inicia en el aparcamiento localizado junto a la portada de acceso a la salina de La Esperanza. En el primer tramo, observamos a la derecha, la salina de La Esperanza Chica y el lugar donde se cargaba la sal recolectada de los cristalizadores, llamado cargadero. A la izquierda, un pequeño pastizal con vegetación herbácea y restos de edificaciones bordean la salina, restaurada y puesta en valor recientemente para el uso público, educativo, biológico y económico .
Durante el sendero se pueden ver elementos característicos de la actividad salinera, como el cargadero de sal, vueltas, esteros, compuertas tradicionales que regulan la entrada y salida de agua a la salina, y la casa salinera.
Fuente: Junta de Andalucía