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La Atalaya
El sendero asciende buscando la Cruz de La Atalaya, pudiéndose visitar por el camino una calera, conocida como La Calerilla.

La ruta comienza entre lentiscos, algarrobos, palmitos y matagallos entre otros, hasta llegar a un cruce que ofrece la opción de desviarse hacia La Calerilla, que fue utilizada hasta no hace mucho para hacer cal (un atril explica el proceso).

Tras visitar la calera, el sendero asciende zigzagueando para evitar la fuerte pendiente entre un denso encinar con palmitos y lentiscos. En unos minutos se corona la loma, llegando hasta la Cruz de la Atalaya desde donde se pueden apreciar unas vistas espectaculares.

Este torreón natural que corona a Benamahoma se ubica cerca de las ruinas de una fortaleza árabe. Con la cristianización del lugar y la llegada de las órdenes religiosas, el clero de la época colocó el símbolo de la cruz como conmemoración de la ocupación del pueblo por los cristianos.

Fuente: Diputación Provincial de Cádiz
SL - A5 Sendero de la Atalaya

La ruta comienza en la parte alta de Benamahoma, justo detrás de su pequeña plaza de toros. Se trata de un itinerario de dificultad moderada pero de corta longitud. El sendero asciende buscando la Cruz de la Atalaya, dando también la oportunidad de visitar una calera, conocida como La Calerilla.

El sendero comienza subiendo entre lentiscos y algarrobos, pudiendo ver alguna orquídea según la época del año. Pasamos junto a unos corrales que los lugareños utilizan para guardar algunos animales. Nos encontramos en una zona de palmitos, algarrobos, ardiviejas, lentiscos y matagallos. Superamos una fuerte pero corta subida y el sendero comienza a llanear.

Al poco llegamos a un cruce, el cual nos brinda la opción de desviarnos hacia la Calerilla. Esta calera fue utilizada hasta no hace mucho para hacer cal. Un atril situado junto a la calera nos explica el proceso.

Después de ver la calera, volvemos sobre nuestros pasos hasta llegar de nuevo al cruce. Seguimos el sendero y unos minutos después vemos una indicación, señalando la dirección a tomar. A partir de este punto la vereda asciende zigzagueando para evitar la fuerte pendiente. Nos encontramos en un denso encinar con palmitos y lentiscos.

En algunos tramos cortos, el sendero discurre por roca desnuda. Aunque la pendiente es moderada, en unos minutos coronamos la loma, quedando la Cruz de la Atalaya. Las vistas desde aquí son soberbias.

Benamahoma a nuestros pies, y parte del Área de Reserva tras nosotros.
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